Puede que Windows 8 sea un producto recién salido del horno y todavía le queden años de vida por delante, pero Microsoft ya trabaja en el que será su inmediato sustituto: Windows Blue.
Y ahí no se acaba la sorpresa. Al parecer, la intención de Microsoft es acelerar el ritmo de actualizaciones de su plataforma, con el lanzamiento de una nueva versión cada año. Esto es, exactamente los mismo que Apple hace con su sistema operativo Mac o algo muy parecido a lo que ocurre con el software móvil, bien sea Android, iOS o el propio Windows Phone.
Entre los cambios previstos están ciertos retoques a la interfaz de usuario, además de las tarifas de compra. Y es que para asegurarse de que todos los usuarios, o la gran mayoría, actualizan sus equipos, estas versiones de Windows Blue serían lanzadas a un precio bastante económico.
Por otra parte, para evitar la fragmentación del ecosistema, Microsoft dejará de aceptar aplicaciones construidas para Windows 8 una vez que se revise el SDK para soportar Windows Blue. Aunque el nuevo entorno será compatible con las apps creadas hasta el momento.
También es previsible que los programas y la Windows Store dejen de funcionar si se actualiza un equipo con una copia pirateada.
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