En mayo, Hewlett-Packard dijo que iba a reducir su plantilla en 27.000 trabajadores o en aproximadamente el 8% de su fuerza laboral global durante los próximos dos años. El objetivo era ahorrar entre 3.000 y 3.500 millones de dólares para destinarlos a otros cometidos, como unas exigentes tareas de investigación y desarrollo.
El documento explica que a finales de julio ya se habían eliminado 3.800 puestos de trabajo, un 7% de su objetivo final. Éste objetivo son 29.000 empleos. También se sabe que la división que más están sufriendo las consecuencias de los recortes es la de servicios, que gestiona toda la parte de centros de datos y asesoramiento a socios.
Y es que el deseo de la CEO de la firma, Meg Whitman, es “simplificar los procesos empresariales, acelerar la innovación y ofrecer mejores resultados para clientes, empleados y accionistas”. O, en otras palabras, conseguir hacer frente a la creciente competencia, sobre todo la de Lenovo.
Otros datos que se revelan en estos papeles internos se refieren a un cargo de alrededor de 3.700 millones de dólares de aquí a finales del año fiscal 2014, de los que 3.300 millones estarán relacionados directamente con la reducción de plantilla.
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