Samsung ha tenido que parar, de nuevo, la producción de su último dispositivo en el mercado, el Galaxy Note 7 a causa de los incendios que ha causado de nuevo. Además, granes operadores de mercados como Estados Unidos y Australia, han decidido frenar la venta de estos terminales mientras se solucionen sus problemas.
En América Latina aún no ha aterrizado el dispositivo y, teniendo en cuenta los problemas que está dando, probablemente se demore su llegada más de lo esperado.
Además, como publicó ChannelBiz, la firma surcoreana explicaba hace unas semanas se sustituirán “los terminales actuales de aquellos clientes que ya tengan dispositivos Galaxy Note7 por unidades nuevas en las próximas semanas” y se creía que los nuevos teléfonos de reemplazo resolverían el problema, pero algunos clientes han estado reportando los mismos incidentes. Sin embargo, el calentamiento de baterías que se acaban incendiando ha persistido.
A pesar de estos problemas, Samsung se muestra positiva sobre los resultados trimestrales y sus previsiones apuntan a que espera unas ganancias en su tercer trimestre un 5,6% por encima de los resultados del mismo periodo del año anterior. De conseguir estas previsiones, la firma superaría las estimaciones del mercado. A pesar de los problemas con los nuevos Galaxy, que han afectado a la marca, las ventas de procesadores podrían compensar la caída.
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