Idear nuevas y mejores técnicas para mantener a raya la temperatura de grandes bloques de servidores es uno de los grandes retos de la industria. Un reto al que se suman las ansisas de no perjudicar demasiado al medio ambiente.
Se trataría de aceite mineral que es capaz de reducir el calor del mismo modo que lo hace el agua, pero sin conducir la electricidad.
Tras pasarse el último año probando esta nueva tecnología de refrigeración por inmersión con un equipo de la compañía Green Revolution Cooling, el gigante de Santa Clara asegura que sus chips ya están listos para acometer la técnica de manera oficial.
Entre las ventajas que apunta este tipo de enfriamiento se encuentra la posibilidad de construir centros de datos con mayor concentración de equipos de computación y servidores y, por lo tanto, con mayor capacidad para ejecutar cargas de trabajo. También se apunta a CPUs más poderosas y ordenadores más rápidos, tal y como recoge Data Center Knowledge.
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