Un grupo de científicos liderados por el equipo de investigación de la Universidad Rice en Houston (Texas) ha conseguido cohesionar decenas de millones de nanotubos de carbono, por primera vez, en un carrete de hilo conductor lo suficientemente delgado y flexible como para soñar con el avance de la fabricación electrónica de maneras hasta ahora imposibles.
De hecho, es una cuarta parte más delgado que un cabello humano, posee diez veces la fuerza de tracción del acero y se antoja tan buen conductor de electricidad como el cobre utilizado en la actualidad con una conductividad térmica 20 veces mayor.
Además, puede moldearse, doblarse y enrollarse sin peligro de rotura para crear tejidos o incluso instalaciones. Todo ello a partir de bovinas de hilo con varios cientos de metros de longitud.
Y, lo que es más importante, la nueva técnica de producción de nanotubos de carbono está lista para ser implementada de forma masiva a nivel industrial, gracias a la aplicación de ácido clorosulfónico.
A continuación, el vídeo de la proeza:
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