Se ha calculado que los ladrones perforan los oleoductos del país con el fin de extraer gasolina y diésel unas 20 veces al día y Colombia ayudará a las autoridades mexicanas a combatir una ola de robos de combustible, a través de la tecnología.
Cervantes dijo que México implementará tecnología nueva, recabará datos de inteligencia y aplicará otras medidas aprovechando las tecnologías, para combatir los robos, aunque no hay información más concreta al respecto. Cada año, el erario mexicano pierde entre 15.000 y 20.000 millones de pesos (unos 1.000 millones de dólares) por el robo de gasolinas y diésel, según dijo el secretario de Hacienda, José Antonio Meade, en una entrevista publicada a comienzos del pasado mes de mayo.
El gobierno mexicano clausuró siete gasolineras la pasada semana, porque presuntamente vendían gasolina y diésel robados, y ha identificado a otras siete que podrían haber hecho lo mismo.
Cabe destacar que en el estado de Puebla se ubica en el llamado “triángulo rojo”, una zona que comprende seis municipios por donde pasa el poliducto Minatitlán-México de México y por el cual se transporta el 40% de combustible que llega a la Ciudad de México y se distribuye al país.
En los últimos años, el robo de gasolina y diésel, se ha convertido en uno de los problemas de seguridad más serios del país e involucra a empresarios, pueblos rurales, empleados de gobierno y carteles de narcotráfico.
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