Aprende del caso YouTube y escucha al cliente

Fue un momento trágico y triste. Una de la tarde. En la sede de YouTube, en San Bruno, California, la alarma de incendios sonó. Mientras los empleados eran evacuados, muchos se enteraron de que una mujer había herido de bala a tres personas. La atacante, que se quitó la vida, fue identificada más tarde como Nasim Aghdam, una youtuber de origen iraní.

Aghdam, que mañana cumpliría 39 años de edad, era residente de San Diego, California. Muy activa en redes sociales, gestionaba cuatro canales de YouTube: uno en persa, uno en turco, uno en inglés y otro sobre manualidades.

Los datos que se mostraban en sus canales eran de llamar la atención: no tenía muchos suscriptores: 30 mil, a lo mucho. Sin embargo, sus videos habían acumulado millones de reproducciones.

También tenía presencia en Instagram, donde se describía como “atleta, artista, comediante, poeta, modelo, cantante, presentadora, actriz, directora y productora”. Así se puede leer en su biografía.

Aghdam, decían quienes la conocían, parecía estar obsesionada con el temas de las visitas a sus canales y al número de seguidores, que describía como “reales”, en lugar de “comprados”, y criticaba públicamente a YouTube por la desmonetización de algunos de sus vídeos.

“¿Diez centavos por 300 mil reproducciones?”, escribió en su página web hace unas semanas. “Los empleados de mente cerrada de YouTube tomaron el control de mi canal en persa y empezaron a filtrar mis videos para reducir las visitas y disuadirme de hacer más videos”, añadió, acusando abiertamente a los empleados de esta compañía de Google de censurar su canal.

“Me están discriminando y filtrando en YouTube, y no soy la única”, dijo en un video publicado en enero de 2017. “Si revisas mis videos, verás que los nuevos apenas reciben reproducciones, mientras los viejos, que solían obtener muchas visitas, dejaron de recibirlas. Esto se debe a que me están filtrando.

“Me pusieron una restricción de edad en un video sobre entrenar los abdominales, un video que no tiene nada de malo. Nada sexual. ¿Por qué hicieron eso? Porque se hizo famoso y obtuvo muchas visitas. Me puse en contacto con el equipo de soporte y todos dijeron lo mismo: hay algunas cosas inapropiadas en tus videos”.

 

Alerta

Aghdam no ha sido la primera ni será la última creadora de contenidos de YouTube que se queja de los problemas de monetización, del endurecimiento de las restricciones y de las dificultades para llegar a la audiencia que plantea la plataforma al potenciar la sección “Tendencias” (donde proliferan videos de bromas que salen mal y demás clickbait). Antes lo hicieron personajes como Casey Neistat, PewDiePie o Wismichu. Pero Aghdam, que no gozaba de la fama de los antes mencionados, viajó a las oficinas de YouTube con un arma.

La youtuber se fue de casa hace varios días. Su familia llamó a la policía y las autoridades devolvieron la llamada al encontrar su coche cerca de la sede de YouTube.

Ismail Aghdam, su padre, explicó que estaba preocupado por la ira que sentía su hija hacia YouTube. “Estababa enfadada”, dijo. Nasim murió gritando “vengan por mí”, y mañana, jueves, habría cumplido 39 años.

Redacción Silicon Week

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