Falta voluntad política para tener smart cities en Latam

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Alejandro Prince recuerda que solo un 1% de las ciudades latinoamericanas están utilizando inteligentemente las TIC para ser Smart Cities y que la principal barrera es la voluntad política y el consenso para hacerlo.

Hay pocas ciudades latinoamericanas que están utilizando inteligentemente las TIC para ser Smart Cities, de acuerdo con el último estudio de Prince Consulting que fue presentado por el experto Alejandro Prince en un seminario web organizado en conjunto con 5G Americas sobre el valor del concepto de la Ciudad 4.0 para crear valor en la resolución de problemas en las ciudades y su desarrollo sustentable.

ciudades 4.0 prince consulting“Hoy, y aunque hace dos décadas se habla del tema, es el un 1% de las ciudades latinoamericanas las que están utilizando inteligentemente las TIC para ser Smart Cities. La barrera no es tecnología ni económica, sino la voluntad política y el consenso para hacerlo”, comentó el experto.

El concepto de la Ciudad 4.0 comprende un espacio geográfico, cultural, político y administrativo en el que el gobierno y la comunidad adoptan el uso inteligente de las TIC para permitir innovación y desarrollo sustentable, como lo ha definido Alejandro Prince, director de Prince Consulting. Y, para llegar a alcanzar este status, una ciudad debe implementar herramietnas de “Internet de las cosas, big data, IA (Inteligencia Artificial), la nube y blockchain, entre otras tecnologías, se utilizan para lograr convertir más datos en información, más información en conocimiento y éste en inteligencia para resolver problemas y crear valor cívico”.

La adopción de las TIC en el contexto de la Ciudad 4.0 permite generar oportunidades de innovación para el futuro desarrollo de las capacidades individuales y colectivas de una comunidad formada por Gobierno, empresas, sociedad civil y la academia.

Recuerda un comunicado de prensa de 5G Americas que “la conectividad aparece como un elemento central que permite conectar las comunicaciones entre personas, máquinas y entre todo el ecosistema tecnológico”. La inteligencia se deriva no de la aplicación en sí de la tecnología, sino de la capacidad de extraer más información de las infraestructuras tecnológicas, analizarla y generar valor a través de la mejora de procesos, la planeación urbana y los servicios prestados a la sociedad.

Se espera que para 2020 el número de dispositivos conectados por persona rebase los 6,5, situación que impulsa a su vez el concepto de las ciudades inteligentes por la capacidad de comunicar a las infraestructuras y los servicios con el usuario final a través de más dispositivos y aplicaciones.

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