Integrar, no remplazar: ¿cómo poner fin a este paradigma social?

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Por Denis Pineda, Presidente Regional para Latinoamérica, de Universal Robots.

En nuestra industria, el acrónimo “cobot” se usa para referirse a “robots colaborativos”, dispositivos que involucran inherentemente la interacción humano-robot. Ahora, aquí está la gran interrogante con la colaboración cobot.

Digamos que hay un humano y un robot trabajando juntos en un proyecto. ¿Quién, en esta situación, está colaborando con quién? ¿Está el robot trabajando junto al humano o el humano trabajando junto al robot? ¿Es correcto el término “cobot”?

Este es uno de los problemas fundamentales que Universal Robots busca deconstruir constantemente.

Todo aquel familiarizado con los cobots, sabe que el robot debe aprender de los humanos, no al revés. Actualmente, la mayoría de las soluciones robóticas se abordan desde la mentalidad de la automatización. Esta forma de pensamiento de diseño pone a los robots en el centro de la ecuación, en lugar de a los humanos.

La ecuación de colaboración cobot es un microcosmos para la interacción de la sociedad con las tecnologías robóticas. La mentalidad de miedo que prevalece en torno a una posible “toma de control robótica” solo se actualizará si construimos robots que trabajen para nosotros, en lugar de trabajar con nosotros. Es una gran diferencia, aunque a menudo se pasa por alto.

¿Por qué son importantes los detalles de cómo interactuamos con los robots?

Importan porque la sociedad no puede darse el lujo de volverse obsoleta.

Tenemos una población mundial que alcanza rápidamente los 12 mil millones. Al mismo tiempo, muchas industrias se están moviendo hacia una automatización parcial, si no completa; nos estamos preparando para crisis económicas a medida que se reemplazan más y más puestos de trabajo. Las crisis de salud mental y el aumento de las tasas de criminalidad también van de la mano con un alto desempleo.

No son solo los potencialmente desempleados los que se verán perjudicados. Si se agrega un robot a un trabajo y es el que impulsa el valor de la tarea, el humano sentirá que solo está ayudando al robot. Sin la capacidad de apropiarse de sus trabajos, la autoestima individual de los trabajadores inevitablemente caerá.

Reemplazar a las personas con robots es una línea directa al malestar social, lo que conduce a la caída en picada del bienestar económico y social. Los robots son herramientas importantes y poderosas, pero deben implementarse con atención.

¿A dónde vamos desde aquí?

El paso más importante para que los fabricantes de robótica se unan al diseño robótico centrado en el ser humano es encontrar una manera de hacerles reconocer que los robots deben ser amplificadores, no reemplazos.

Lo que tenemos, en este momento, son fabricantes de robótica que operan desde una perspectiva de adaptación humana a los robots, y no al revés. Se implementa un robot para automatizar una tarea, es decir, el humano hace lo que puede para colaborar con el primero y ayudarlo a cumplir su objetivo.

Sin embargo, un robot implementado desde la perspectiva de un amplificador es uno que se adapta a los seres humanos. Necesita poder entender a un humano de una manera que importe, y recopilar la información necesaria para ayudar a los humanos, no para mandarnos y dirigirnos.

Los fabricantes de robótica que no estén convencidos de los riesgos del desempleo se van a topar con otro problema: la desconfianza en la IA. Dado que las perspectivas sociales de la inteligencia artificial son, más que un poco cautelosas, cualquiera que intente vender robots desde el punto de vista de la automatización se encontrará con una resistencia bien ganada.

¿Quién necesita pensar en los cobots?

Todo el mundo.

Como seres humanos, siempre nos esforzamos por algo más; siempre queremos aprender y experimentar cosas nuevas. Vamos a desarrollar robots cada vez más complejos, y cuando se desarrollen cuidadosamente, nos ayudarán.

Si no se desarrollan cuidadosamente, todos debemos preocuparnos: todos los que quieran estar motivados y desafiados en su vida deben prestar atención.

En Universal Robots, creemos que todavía tenemos trabajo por hacer para mostrar al mundo y a la sociedad todo el potencial positivo de lo que pueden hacer los cobots. Para nosotros, pensar en el diseño robótico colaborativo significa centrarse en los deseos y motivaciones de las personas y satisfacer esas necesidades primero.

En lugar de forzar la robótica en los lugares de trabajo, creemos que las personas deberían querer darle la bienvenida al robot y, a partir de ahí, todos podemos comenzar a pensar en robots juntos.

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