Y el Premio Turing es para… [Galería]

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Cada año, la Asociación para la Maquinaria Computacional entrega el Premio Turing a una figura destacada del mundo de la informática. ¿Conoces su historia? ¿Y la de sus galardonados?

Turing fue un científico, matemático, criptógrafo, lógico (y casi hombre del Renacimiento) británico que a través de su célebre máquina automática consiguió formalizar los conceptos de computación y algoritmo. Durante la Segunda Guerra Mundial fue capaz, junto a otros compañeros, de descifrar el código de Enigma que ahora yace en el Museo Histórico de Ordenadores.

Y, acabado el conflicto, trabajó en el diseño de ACE, participó en el desarrollo de un lenguaje de programación para la Manchester Mark I, propuso un test para demostrar la existencia de inteligencia en máquinas, creó el primer programa para jugar una partida completa de ajedrez, introdujo la factorización LU y se implicó en la morfogénesis, entre otras actividades.

Pero murió en 1954 a los 41 años de edad, después de que su brillante carrera se viese cortada de raíz por un cruel juicio a causa de su homosexualidad, considerada por aquel entonces un delito, y su posterior muerte por envenenamiento. En 1966, la ACM (Association for Computing Machinery, algo así como Asociación para la Maquinaria Computacional) quiso restablecer su honor creando el Premio Turing, que cada año reconoce las contribuciones de distintos colegas al campo de las ciencias de la computación.

Considerado el Premio Nobel de la informática, dota con 250.000 dólares al ganador y ha recaído en la mayor parte de sus ocasiones en teóricos estadounidenses, aunque también se ha acordado de figuras prominentes de Europa, Oriente Medio, China, La India, Canadá y América Latina. A continuación, hacemos un repaso por veinte de sus galardonados y sus principales méritos:

PremiosTuring

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Douglas Engelbart (1997)
Convertido en periférico indispensable cuando se habla de ordenadores, el ratón fue sacado de la chistera de Douglas Engelbart, que en la década de los 60 era una de las mentes más prolíficas del Instituto de Investigación de la Universidad de Stanford, ubicado en pleno Silicon Valley. Fue modelado por el ingeniero Bill English y el prototipo sería mejorado poco después por Xerox para introducirlo en su ordenador Alto. Eso sí, sus inventores nunca recibieron royalties en compensación.

Fotografías con licencia CC de Wikimedia Commons y de la ACM.