Los retos que las mujeres profesionales enfrentan en el sector TIC latino

ExperienciaGestión empresarialMercado Laboral

De la mano de dos mujeres emprendedoras, una de Colombia y otra desde México, analizamos los retos que enfrentan las profesionales en América Latina y la brecha digital existente.

Aprovechando que a comienzos de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer, SiliconWeek ha aprovechado la ocasión para hablar con dos mujeres que trabajan por ofrecer apoyo a esta mitad de la población que aún presenta muchos retos en la vida, siendo uno de ellos, el mercado profesional, también dentro de las empresas TIC donde la mayoría de trabajadores son hombres.

mujeres mujerHace unos días, la Secretaria Ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcenas, publicaba un informe analizando la situación de las mujeres trabajadoras en América Latina y la necesidad de integrar más a las mujeres en los procesos productivos para un mejor futuro de la región y es que los informes apuntan a que un 78.1% de las mujeres que están ocupadas lo hacen en sectores definidos por la CEPAL como de baja productividad, lo que implica peores remuneraciones, menor contacto con las tecnologías y la innovación y en muchos casos empleos de baja calidad”.

Cuáles son los grandes retos de las mujeres en el mundo profesional

Olga Paz Martinez, directora administrativa y de proyectos en Colnodo, una asociación que persigue que se haga un uso estratégico de Internet para el desarrollo, y Ana Karen Ramírez, creadora de Epic Queen, un proyecto social en pro de la incursión de las mujeres en el mundo de la tecnología y la cultura digital, nos han hablado de seis retos importantes y de diferentes ámbitos, que siguen sobre la espalda de las mujeres latinas y que se llevan encima durante las horas de trabajo y desarrollo personal.

Olga Paz Martinez, directora administrativa y de proyectos en Colnodo,
Olga Paz Martinez, directora administrativa y de proyectos en Colnodo,

– Por un lado, encontramos, según Paz Martínez que las mujeres siempre tienen que negociar vida doméstica con la vida familiar, puesto que en América Latina impera una cultura patriarcal y machista que lleva a las mujeres a asumir las cargas del hogar y las responsabilidades domésticas, para con los hijos o los afdultos mayores, la gerencia del hogar.. “Está naturalizado que las mujeres tengan que asumir esa responsabilidad, que aún no es compartida, por lo que se hace muy dificil salir de esa dinámica”.

– Otro reto es que en las culturas pratiarcales puede limitarse el desempeño de las mujeres al haber una molestia por parte de los hombres al ver cuándo una muer se “sienta molesta por alguna situación o muestre una posición firme”. “Las mujeres somos educadas para mostrar siempre una sonrisa, no podemos hablar fuerte o decir las cosas claras. No está bien visto“, explica la directiva de Colnodo que añade que “el mundo laboral está dominado por hombres y sentimos que cuando hablamos las mujeres no somos tomadas con la misma seriedad que cuando un hombre lo hace. Si una mujer está molesta es una histérica o es calificada de ser una insatisfecha o grosera. Si lo hace un hombre, esa conducta se valora como una cualidad. Es algo dificil con lo que lidiar”.

– Un tercer gran reto, de acuerdo con Olga Paz es que entre las mismas mujeres hay mucha permisividad de aceptar esas circunstancias, porque vienen aceptadas como naturales. “He visto en universidades o entornos laborales actitudes machistas y la misma mujer atacada lo acepta”.

– Por su parte, Ana Karen Ramírez, también considera que hay muchos retos y muchas limitaciones que llegan desde dentro, de las propias mujeres, a causa de la educación que reciben. “Nosotras mismas somos las que pensamos que no vamos a poder”, explica la creadora de Epic Queen. “Bueno es que yo no quiero tener una carrera como ejecutiva, porque quiero ser mamá“, mientras que dice que “ambos asuntos no tendrían que estar relacionados. Debería ser posible hacer ambas cosas”.

-Finalmente Ramírez cree que a las mujeres les falta más confianza en sus capacidades, por lo que suelen temer arriesgar a innovar. “A veces nos da miedo a tomar proyectos más grandes o puestos laborales más altos porque queremos la perfección dentro de los puestos laborales y si creemos que no podemos hacerlo bien, no nos atrevemos”. 

Pocas mujeres estudiando STEM
Ana Karen Ramírez
Ana Karen Ramírez

La proporción de mujeres formándose en alguna de las carreras Stem (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) es mucho menor que la de hombres en general en el mundo, y en particular en la región de América Latina. Hay iniciativas para promover que las jóvenes también sientan atracción por estos sectores, como la presentada hace unos días por la Secretaría del ministerio de Educación de México y su proyecto “NiñaSTEM Pueden: Red de Mentoras OCDE-México”.

Según la Cepal, el número de mujeres que optan por formarse en estos campos también va en descenso. En Costa Rica (en la Universidad de Costa Rica representaban el 30,4% de los ingresos en 1981 y sólo el 16,7% en 2007)  y en la Argentina (eran el 26% de los estudiantes en TIC en 2001 y el 19% en 2009). 

Epic Queen busca que las mujeres sean conscientes de que, además de consumidoras de contenidos tecnológicos, también pueden ser creadoras de ellos. Explica Ana Karen Ramírez que para ello se puede concienciar a las mujeres desde niñas, cuando ellas “ya pueden acercarse a las tecnologías, comenzar a tener ese ‘chip‘” de que las TIC también son para ellas”. Para ello, se crean ‘clubs’ para adolescentes para que haya chicas que se puedan interesar en las carreras STEM desde temprana edad.

La brecha digital también es de género

Un informe sobre el ‘Desarrollo Mundial 2016 (WDR) del Banco Mundial, Dividendos digitales’, publicado hace un año, apuntaba a para que las tecnologías digitales beneficien a todos, es preciso eliminar la brecha digital que aún existe, especialmente en lo que respecta al acceso a Internet.
Concretamente, se registra que más de 1.700 millones de mujeres en países de ingresos bajos y medios no son dueñas de teléfonos móviles. Así, tienen, en promedio, un 14% menos de probabilidades de poseer un teléfono móvil que los hombres. Y destaca la diferencia encontrada en México.

De los 19 países incluidos en el estudio, México tenía la mayor diferencia entre hombres, puesto que un 44% declaró tener un teléfono inteligente, mientras que solo un 28% de las mujeres declaró lo mismo. Y es que, como recordaban desde el Banco Mundial, la Fundación Web establece que el acceso a educación superior vuelve casi inexistente la brecha digital en las mujeres, de acuerdo a un estudio realizado a hombres y mujeres en nueve países en desarrollo, entre ellos, Colombia.

Olga Paz Martinez, conoce muy bien sorbe este asunto ya que Colnodo trabaja precisamente en llevar el uso de las TIC a las mujeres. Y es que, explica, que cuando la organización comenzó a funcionar, con su objetivo de llevar Internet a todos los ciudadanos independientemente de su condición económica, a través de telecentros “nos dimos cuenta de que a los telecentros llegaban especialmente hombres a jugar con la tecnología y las mujeres espontáneamente no llegaban”. Al investigar descubrimos que ellas no tenían tiempo o no podían, “porque el papá no les daba permiso, porque tenían que hacer las tareas del hogar, debían cuidar hermanos”.

Fue por ello que Colnodo decidió promover que las mujeres llevaran los centros y se crearon capacitaciones para mujeres en exclusiva. En zonas rurales el tema era más dramático. “Lo que hoy en día llamamos brecha digital de género, era muy alta” y se habla de una “Segunda Brecha”. Recuerda la experta que mientras se cree que un 42% de colombianos y colombianas no llegan a Internet (concreta que quienes usamos Internet somos privilegiados, tenemos un salario, un nivel de escolaridad alto), pero la brecha digital de género, hace que muchas mujeres en el mundo no tengan acceso a la tecnología, cuando esta puede  ayudar a los ciudadanos a “buscar oportunidades educativas, sociales, laborales, producir tecnología, crear”.

Leer la biografía del autor  Ocultar la biografía del autor