Big Data para combatir la pobreza

Big DataDatos y almacenamiento

En la actualidad, la tecnología ayuda a eliminar problemas relacionados con la calidad de los datos sin cambiar el proceso subyacente, como dice el Banco Mundial que quiere usarlos para combatir la pobreza.

Recuerda el Banco Mundial que el mundo tiene un objetivo ambicioso: el de poner fin a la pobreza extrema antes de fines de 2030 pero advierte que “sin datos de buena calidad sobre la pobreza, es imposible saber si estamos avanzando, o si los programas y políticas están alcanzando a quienes más lo necesitan”.

pobreza datosLa tecnología está comenzando a revolucionar el campo de la recopilación de datos de hogares y el Banco Mundial está aprovechando este potencial para producir más y mejores datos sobre la pobreza. Recuerdan desde el organismo internacional que muchos países buscan asociarse con entidades como esta “para medir la pobreza y el bienestar utilizando encuestas de hogares, que proporcionan a los responsables de formular políticas datos sobre quiénes son los pobres, dónde viven y qué obstáculos frenan su progreso”.

En la actualidad, la tecnología ayuda a eliminar problemas relacionados con la calidad de los datos sin cambiar el proceso subyacente. Los recolectores de datos todavía tienen que viajar a los pueblos y ciudades cercanas y remotas, pero ahora van equipados con tabletas, que no solo sincronizan automáticamente las respuestas de las encuestas con un sistema centralizado en el momento en que se las ingresa, sino que también incluyen rastreadores GPS.

Y cuando los recolectores de datos (llamados también “encuestadores”) no pueden viajar a ciertas zonas, o cuando un país simplemente necesita datos más frecuentes, en tiempo real, de la pobreza y el bienestar, los teléfonos móviles se han convertido en la herramienta favorita para conseguir una amplia muestra de personas, explica el informe.

“La tecnología se puede aprovechar de tres modos diferentes”, dijo Utz Pape, economista del Banco Mundial. “Puede ayudar a mejorar la calidad de los datos de los estudios existentes; aumentar la frecuencia de la recopilación de datos para complementar las encuestas de hogares tradicionales, y también abrir nuevas vías para los métodos de recopilación de datos y mejorar nuestra comprensión de las conductas de las personas”.

“Si bien conseguir datos a través de los teléfonos móviles es un fenómeno relativamente nuevo, en cinco años, esto será un enfoque muy común”, dijo Johannes Hoogeveen, economista principal del Departamento de Prácticas Mundiales de Reducción de la Pobreza en la región de África. “La revolución tecnológica acaba de comenzar y con la capacidad adecuada en las oficinas nacionales de estadísticas y un modelo de financiamiento apropiado, las oportunidades para recopilar datos mediante la tecnología son ilimitadas desde el punto de vista del desarrollo”.

El organismo pone de ejemplo una iniciativa en México, donde el Banco Mundial y sus asociados están empleando imágenes satelitales  y datos de encuestas para estimar hasta el nivel municipal cuántas personas viven bajo la línea de la pobreza, o brindando orientación a los recolectores de datos que usan imágenes satelitales en el proceso de selección de una muestra representativa para la encuesta de alta frecuencia de Somalia.

Sin embargo, a pesar de las innovaciones, estas iniciativas no pretenden reemplazar las encuestas de hogares tradicionales, que todavía constituyen el componente principal de los métodos para medir la pobreza. Cuando están bien integradas, pueden ser un conjunto formidable de herramientas para recopilar datos y proporcionar las mejores pruebas posibles a los responsables de formular políticas”, concretan.

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